Si lo hiciste una vez, puedes dos..

Imagina; es ella, te sonríe tiernamente, no te habla, pero con su mirada te dice todo ¿Cómo te sientes? ¿Feliz y sereno? Vas bien entonces, sigue así. Observa como toma su teléfono, como digita tu número y prepárate a recibir su llamada, hazlo con felicidad, siente la emoción y respóndele con amor. Háblale de lo que quieres y deseas, de ella hacia a ti, no te guardes nada, eso sí, ten la precaución de no forzar las cosas, pero si de manifestar lo que quieres. Observa la ternura con que te habla, “mantén esa música”, mira cómo se acomoda el cabello con sus dedos, como se muerde los labios, como brillan sus ojos, sus bellos mil gestos y detalles, todo tal cual como siempre es en ella. Recuerda, todo está sucediendo ya, es tan real como real, porque ya se plasmó donde tiene que plasmarse, así que esto está sucediendo ya. Siéntelo, respíralo, llénate de ese “ahora”, disfrútalo y por sobre todo, recuerda el sentimiento todo el tiempo posible. Ya está hecho, aquí o allí; dependerá solo de la fuerza de tu corazón y mente de que sea aquí. Si lo hiciste una vez, puedes dos. Ahora abre los ojos, apaga la vela, recoge todo lo demás  y  espera sonriente, porque ese momento ya es tuyo…